Dice que en algún lugar de los Andes vivían el zorro, el sapo y muchas variedades de aves. Había alimentos y espacio para todos. Un día el zorro quiso comer más sin trabajar. Fue donde el sapo y lo suplicó:
Amigo, sapo, tu voz es muy bonita. ¡Préstamela sólo por tres días!
El sapo, al verse halagado. Le prestó su voz.
Esa noche, el zorro, se escondió en un lugar y empezó a croar como el sapo. Escuchándolo, las aves que comen sapos, se acercaron... Continuar leyendo